martes, 1 de diciembre de 2009

Sati Gutierrez

En los arboles el tamaño de la copa tiene todo que ver con lo crecidas que están sus raíces… supongo que con los seres humanos ha de suceder algo parecido. Lo grande que una persona puede llegar a ser debe ir directamente proporcional a sus bases. También lo poco que alguien puede lograr en su paseo por este mundo tendrá por causa una pobre formación.

Identifico las ‘bases’ con la educación que nos dieron en la casa donde crecimos, con los patrones que repetimos de previas generaciones de nuestros parientes, con los lazos tendidos o arruinados respecto a los demás.

Las plantas toman nutrientes de la tierra para alimentar todo el organismo, nosotros absorbemos energía de la familia, las amistades cercanas y las personas que nos rodean; en la convivencia cotidiana, en el dar y recibir de las relaciones humanas. De ahí fluye la vida hacia dentro y fuera de cada uno de nosotros. Por lo menos así me parece. Cuando no tenemos a nadie o los allegados tienen personalidades destructivas nos marchitamos cual planta sin tierra buena.

Concluyo entonces que la raíz es el comienzo y luego el impulso de todo. Sin conocimiento de lo que nos hizo quienes somos, el presente se vuelve una monserga y el futuro se descifra día a día.
Sati Gutierrez
Letras

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