Me despierto en medio de la noche, como después de haber soñado una horrible pesadilla sólo que no la recuerdo. Me doy cuenta de que ésta no es nuestra cama, no huele a nosotros, a ese olor que somos cuando estamos juntos, tu perfume, el mío, a humo de cigarro, a sexo. Te busco de tu lado en esta cama extraña y no te encuentro, tu espacio está vacío, ya no duermo en medio de la cama, ni jalo la cobija, estarías tan orgulloso de mí si me vieras!
Cierro los ojos y trato de olvidar esos pensamientos y seguir durmiendo pero es imposible, sigo pensando en tu cuerpo, en el calor que me daba en las noches frías como esta, en la forma en que te aferrabas a mí aunque yo me alejara instintivamente, en tu insistencia de mirarme la cara y quedarte dormido frente a mí, pienso en tus manos en mi pecho, en el sonido de tu respiración tranquila y pausada, para todo te tomas tu tiempo, hasta para respirar.
Y entonces me agobia una tristeza infinita, sudo, me muevo de un lado a otro, los ojos abiertos, cerrados, abiertos de nuevo, ganas de llorar pero no salen lágrimas, sólo un nudo en la garganta que me ahoga la conciencia.
Tengo la malilla de tí, mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi sexo te necesitan, una dosis de tí, la dosis eterna. Claro que por esto mismo evitaba caer enamorada. El amor es terreno fangoso para mí, no lo sé hacer a medias, ni mediocremente, no! Tenía que salir intensa para enamorarme carajo!
Por esto mismo te decía que no, que mejor era separarnos, y me decía a mí una y otra vez que eras sólo un producto de mi imaginación, que nada en ti era real y entonces podía seguir con mi insulsa existencia. Pero existes, estás, aunque no a mi lado, la constante tortura de tenerte y no tenerte, aunque realmente nunca nos tengamos porque cuando a mí se me toma con fuerza me escabullo, por eso has tenido paciencia, has sido delicado con mi corazón aunque no con mi cuerpo, la ironía de encontrar eso que buscabas sin saber que eso era lo que tanto anhelabas y luego perderlo de nuevo.
Hoy me perderé en alcohol para cerrar los ojos profundamente, trataré de no abrirlos hasta que sea de día, y entonces aunque duela no sudaré buscándote, ni me tocaré imaginando que eres tú, ni lloraré en silencio.
***
Hacer café, un baño tibio, la rutina y el acelere cotidiano, el sol de verano, cuando hay sol te pienso menos, ya que salga el sol, ya.
Cierro los ojos y trato de olvidar esos pensamientos y seguir durmiendo pero es imposible, sigo pensando en tu cuerpo, en el calor que me daba en las noches frías como esta, en la forma en que te aferrabas a mí aunque yo me alejara instintivamente, en tu insistencia de mirarme la cara y quedarte dormido frente a mí, pienso en tus manos en mi pecho, en el sonido de tu respiración tranquila y pausada, para todo te tomas tu tiempo, hasta para respirar.
Y entonces me agobia una tristeza infinita, sudo, me muevo de un lado a otro, los ojos abiertos, cerrados, abiertos de nuevo, ganas de llorar pero no salen lágrimas, sólo un nudo en la garganta que me ahoga la conciencia.
Tengo la malilla de tí, mi cuerpo, mi mente, mi corazón y mi sexo te necesitan, una dosis de tí, la dosis eterna. Claro que por esto mismo evitaba caer enamorada. El amor es terreno fangoso para mí, no lo sé hacer a medias, ni mediocremente, no! Tenía que salir intensa para enamorarme carajo!
Por esto mismo te decía que no, que mejor era separarnos, y me decía a mí una y otra vez que eras sólo un producto de mi imaginación, que nada en ti era real y entonces podía seguir con mi insulsa existencia. Pero existes, estás, aunque no a mi lado, la constante tortura de tenerte y no tenerte, aunque realmente nunca nos tengamos porque cuando a mí se me toma con fuerza me escabullo, por eso has tenido paciencia, has sido delicado con mi corazón aunque no con mi cuerpo, la ironía de encontrar eso que buscabas sin saber que eso era lo que tanto anhelabas y luego perderlo de nuevo.
Hoy me perderé en alcohol para cerrar los ojos profundamente, trataré de no abrirlos hasta que sea de día, y entonces aunque duela no sudaré buscándote, ni me tocaré imaginando que eres tú, ni lloraré en silencio.
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Hacer café, un baño tibio, la rutina y el acelere cotidiano, el sol de verano, cuando hay sol te pienso menos, ya que salga el sol, ya.
Yvonne Flores
Quien no paso alguna vez una noche asi?
ResponderEliminarMe gusta como lo has escrito.
Un saludo
cuanta intensidad, me encanta! excelente escrito.
ResponderEliminarsaludos.